FIAT lanza al mercado la nueva Fastback 2024... ¿Vale la pena?

Autor: Carlos Cavazos

Las armadoras con presencia en México están sujetas a una presión como nunca antes. La llegada de nuevos jugadores, un entorno complejo y la mudanza general de propulsión de combustible fósil a otras alternativas están obligando a todos los participantes a afinar su cartera de producto, con el fin de no tener oferta inerte en su alineación. Bajo este escenario, Fiat muestra la pauta con el Fastback.

 

Al momento de elegir un nuevo auto, si bien existe un comprador con la idea fija de quedarse con la marca de preferencia, y simplemente sustituir lo antiguo por la misma combinación, la mayoría de los consumidores tiene la apertura para considerar un cambio de marca.

 

Si bien puede haber un consumidor orillado a conducir un subcompacto, con el tiempo esta configuración le queda chica, y es en ese momento de decisión de compra cuando entrará Fiat con Fastback.

 

En esta prueba de manejo, el trayecto nos ofreció un menú amplio de superficies para rodar. Comenzando en las calles de Puerto Vallarta, encontramos tramos con empedrado. La suspensión absorbió la irregularidad de este material con bajo traslado de vibraciones a la carrocería. Saliendo del puerto, la sinuosa carretera al sur ofreció el doble reto de cuesta ascendente más curvas cerradas.

 

Si bien, al momento de elegir un auto hay quienes buscamos ahorrar, podemos pensar en una alternativa pequeña, pero estamos dejando de lado ocasiones de uso muy variadas.

Esas escapadas a una cabaña, lago o quinta que resultan arriesgadas en una unidad cercana al piso, son un subcompacto económico o un coupé lujoso. El otro lado de esa moneda es optar por una SUV generalista, que se comportará pobremente en carretera y especialmente en curvas. Fastback intenta y logra conjuntar las ventajas de ambos segmentos.

 

Su conveniente altura al piso de 19.4 centímetros, el abundante volumen interior y un comportamiento dinámico notable en carretera hacen mancuerna con un consumo de combustible conveniente, bajo un rango de precios alcanzable. El motor de 1.3 litros cuenta con sobrealimentación a cargo de un turbo BorgWarner, provisto por Mopar, produciendo 173 caballos de potencia. La transmisión es proveeduría de Aisin, con seis cambios y control por paletas en el volante.

 

El diseño exterior e interior se caracteriza por líneas escultóricas y mesurado uso de aplicaciones ornamentales. El segmento inferior de la carrocería está protegido desde fascia y labio delantero, arcos de las ruedas, estribo de puertas y fascia posterior con efectos aerodinámicos. En ruta tuvimos tramo con asfalto recién aplicado, pero el material protector repelió la adherencia de la grava asfaltada suelta.

 

 Testigos del paso de la caravana de prueba sugerían que el perfil de Fastback se asemeja lo mismo a ciertos productos como el Serie X de BMW, como a algunas Clases GL de Mercedes, pero no preguntaron por el precio.

 

Conducir en una carretera serpenteante en la Sierra Madre Occidental resultaría en un trámite engorroso pero el comportamiento en carpeta asfáltica de Fastback sorprendió por lo bien plantado de su manejo. El balance resultó ideal para este trayecto, aún manejando al límite. Los rebases e incorporaciones se beneficiaron de las 198 libras pie de torque y la respuesta inmediata del motor turbocargado. Un sorpresivo tope sin pintar, ubicado entre sombras, nos hizo descubrir y apreciar lo valioso del sistema de asistencia de frenado y la luz intermitente de alerta que lo acompaña.

 

Al interior se destaca el amplio volumen de carga tanto por cajuela como por la abundancia de receptáculos para vasos, comida, revistas, y llama la atención que el cargador de inducción para celular está alineado a una salida complementaria del aire acondicionado, con lo cual se preserva la vida útil de la batería en nuestro Smartphone. Los diseñadores de componentes interiores incluyen una serie de detalles decorativos conocidos como “easter eggs”, embozados de gráficos como el perfil del vehículo, escenas de playa y otros más.

 

El botón rojo de modalidad sport en el volante complementa el aspecto de la cabina, junto con los acabados de interior. El tablero es digital y personalizable en pantalla LED de siete pulgadas, mientras que el control de entretenimiento está en una táctil de 10.1 desde la cual se gestiona también las conexiones y visualización de mapa. Fastback cuenta con conectividad Apple Carplay y Android Auto inalámbricas. La tapicería es de piel ecológica para la versión Impetus y en tela para la Audace.

 

Como parte final de la ruta, llegamos a un tramo de terracería para acceder al desarrollo privado de playa Las Alamandas, y en este camino polvoso las ventajas de la altura al piso y el control de tracción se dejaron percibir ampliamente. Los rines exclusivos para este modelo están disponibles en 17 o 18 pulgadas según la versión. La potencia se aplica al eje delantero, apoyada en control de tracción. El equipamiento de seguridad incluye, además, cámara de reversa, asistente de frenado frontal automático, monitor de presión de llantas, control electrónico de estabilidad, así como gestión automática de cambio de luces altas y bajas. Un par de las cuatro bolsas de aire tienen una configuración de doble alcance, por lo cual la armadora considera el total en seis bolsas.

 

Fiat ubica como competidores más cercanos a Fastback a Kia Seltos, Honda HRV y VW Nivus, entre otros. Con precios de lista desde 515 mil para la versión Audace y 550 mil para la Impetus, Fastback resulta una alternativa con alto atractivo para quienes buscan versatilidad por un monto razonable.